Byron Piedra, atleta cuencano de 37 años, en dialogo con el Universo respecto de su reciente temporada. Ronny Zambrano
Byron Piedra ya pasó página del “duro golpe” que significó este año “agridulce”.
Al cuencano de 37 años le “dolió mucho” que, tras consagrarse campeón sudamericano de los 10 000 m planos, en mayo en Lima, quedara fuera de los Juegos Panamericanos de julio y agosto en la misma capital peruana. Una serie de contratiempos de salud le impidió asimismo figurar después en el Mundial de Doha (septiembre/octubre), situación que abrió un entredicho con la dirigencia del atletismo nacional por una supuesta falta de justificación por parte del fondista.
Pese a la adversidad, el azuayo –que todavía no se ha trazado el retiro– apunta a clasificarse a los JJ. OO. de Tokio 2020. El boleto lo buscará en los Países Bajos, en abril, como se lo contó a este Diario en una amplia entrevista.
¿Cómo puede resumir su 2019 en el plano deportivo?
Fue un año agridulce. Empecé bien la temporada, ganando el campeonato sudamericano en Lima. Luego, como representante de Ecuador, había la meta de estar en los Juegos Panamericanos y en el Campeonato Mundial de Catar, los eventos más importantes del atletismo a los que lastimosamente no pude asistir. Me enfermé, tuve una infección intestinal que me dejó nulo, tuve que tomar antibióticos y me perdí de luchar por una medalla (panamericana) para el país. Como la cita de Doha era seguida, tampoco pude ir. No se pudo completar mi año de forma positiva, pues tenía grandes expectativas de pelear por una medalla (a más de la presea sudamericana).
¿Qué le llevó a sentir tal seguridad en su eventual actuación en las citas de Doha y Panamericanos?
Mis adversarios que compitieron en Lima (Panamericanos) ya eran conocidos míos de muchos años. El Sudamericano fue el 24 de mayo (el oro). Ya tuve un acercamiento con los adversarios que tendría en los Panamericanos. Pude haber ganado. El brasileño que ganó en los Panamericanos (Ederson Vilela Pereira) no fue ni medallista en el Sudamericano. Ya estábamos haciendo un campamento en Cuenca en el que nos enfocamos (con su equipo de trabajo) al ciento por ciento en los Panamericanos, pero luego vino lo de mi enfermedad.
¿Qué le ocurrió?
Cerca de estos Juegos tuve un pequeño percance, en el que el Helicobacter pylori se activó en mi organismo. No podía dormir, tenía náuseas y diarrea. Mi médico tuvo que recurrir a los antibióticos, los cuales me dejaron en cero (debilitado). Fue un tratamiento de diez días y al final se tomó la decisión de no ir a los Panamericanos, pues cuando uno va a unos Juegos lo hace en busca de medalla, a luchar por algo, pero yo me sentía muy débil. Tuve que bajarme.
¿Cómo le afectó eso?
En el trayecto rumbo a los Panamericanos no me sentía bien, no podía dormir y no sabía por qué; me mareaba al despertar. Me hice exámenes y tenía activado el Helicobacter pylori. Al comienzo no quise tomar los medicamentos que me iban a liquidar, lo sabía; pero lastimosamente nunca mejoré (con tratamientos menores). Accedí: pastillas en la mañana y en la noche, un tratamiento muy fuerte. Intenté después entrenar (de vuelta) y ver cómo estaba. Varias veces. El cuerpo no rendía. Ocurrió menos de un mes antes de los Panamericanos. Luego de los antibióticos, encima, me pegó una infección intestinal. Hicimos varias pruebas, entrenamientos fuertes, pero el cuerpo no estaba al ciento por ciento, no rendía. Fue una gran posibilidad la que perdí, porque quien ganó (brasileño) nunca me había superado.
Ya no pienso en lo que pasó (no pudo participar en los Panamericanos de Lima 2019). Me mentalizo en reivindicarme y la única manera sería en los Juegos Olímpicos (de Tokio 2020).
Esta ausencia en los Juegos Panamericanos generó un entredicho con dirigentes.
La dirigencia pensó que yo no quería ir, cuando entre 2001 y 2018 asistí a todos los eventos (del ciclo olímpico). El asunto es que hasta último momento yo quería ir, entrenaba neciamente. No quería abandonar el barco. Pero en el último entrenamiento antes de decidir supe que estaba mal, porque uno ya se conoce. Le dije a mi entrenador, Rafael Martínez (mexicano), y él avisó (a la FEA). No presenté la carta antes a la Ecuatoriana, pero avisé dos o tres días antes cómo estaba y que no iría. Hablé, en confianza, con doctor y presidente; pero no presenté un oficio. Ellos dijeron (públicamente) que yo no tenía una justificación escrita. Que a esta altura de mi carrera deportiva hayan pensado que no quería ir me dolió, como deportista. No fue cuestión mía (arbitraria), fue cuestión médica.
¿Cuánto cree que podría afectarle la falta de logros en los Panamericanos y el Mundial en cuanto a su ubicación en el Plan de Alto Rendimiento del Estado? (Es categoría avanzado).
No sé qué pase. No obtuve el resultado en Panamericanos ni en el Mundial. Perdí los torneos más importantes por enfermedad. Yo seguiré trabajando fuerte, pues mi idea es ir a las Olimpiadas. Creo que tendré su respaldo (Secretaría del Deporte), pues aún me apoyan (también recibe apoyo privado de Herbalife). No hay polémica.
¿Cómo se encuentra de ánimos actualmente?
Bien, superbién. Ya lo superé (el revés de este año). Sé que dicha medalla ya es historia y el registro dice que la ganó Brasil. La única manera de reivindicarme sería con unos buenos JJ. OO. Ya no puedo seguir pensando en lo que pasó, sino mentalizarme en hacer algo positivo para el país. La idea es mejorar.
Aún sin marca para la cita de Tokio, ¿qué debe hacer para clasificarse?
No tengo la marca (2:11:30). La buscaré en la maratón de Rotterdam (abril). Antes de eso hay un Campeonato Mundial de Medio Maratón, frente al cual espero ser seleccionado como país (lo designa la federación), el 29 de marzo en Polonia. Hay una media maratón también en Nueva York a inicios de marzo (el domingo 15).
A sus 37 años, ¿se planteó ya el retiro profesional?
Gracias a Dios, el atletismo es una prueba de marcas (tiempos) en la que tienes en frente varias competencias. Allí es donde puedes ver si todavía estás en óptimo nivel para el alto rendimiento. El maratón tiene una ventaja: las mejores marcas vienen con el paso de la edad. La edad solo es un número, pues es el rendimiento deportivo el que define. Hay casos que a los 33 o 34 años atletas se han retirado. Yo estoy bien. Voy a pelear mi clasificación olímpica y espero acceder (a Tokio). Luego no sé qué pase. ¿Por qué no poder correr otros Panamericanos? Sería otro ciclo olímpico, a mis 42 años si Dios lo permite.
FUENTE: El Universo - Ecuador
Comentarios
Publicar un comentario