María Loreto, patinadora de velocidad, retomó los entrenamientos en Loja. La patinadora de velocidad María Loreto Arias madrugó para volver a los entrenamientos al aire libre. Se despertó a las 05:00, se puso su ropa deportiva y su mascarilla y se dirigió al kartódromo municipal de su Loja natal. Pero llovía, por lo que no pudo patinar; solo realizó un trote leve. Mantenerse en buena forma física durante la cuarentena fue un reto personal.
Ni durante las festividades de Navidad o fin de año había estado tanto tiempo alejada de los entrenamientos.
La naturaleza de su deporte requiere entrenamientos en pista y al aire libre. “Volver a entrenar fuera de casa es una bendición. Hemos esperado mucho este momento”, sostuvo la deportista. Loreto acumula nueve años en el patinaje de velocidad.
Cuando tenía 10 años vivió el peor mes de su vida; una caída en la pista de patinaje le provocó una rotura de clavícula que la obligó a dejar de entrenar por 30 días. Los médicos le inmovilizaron el brazo derecho, por lo que durante ese lapso tuvo que aprender a comer y escribir con la mano izquierda, destreza que conserva hasta ahora. María es ambidiestra por obligación.
Ella tuvo su primer acercamiento al patinaje cuando tenía 5 años. A menudo acompañaba a su mamá a la escuela donde daba clases y diagonal a ese lugar había una pista donde practicaban esta disciplina. “Desde que vi a otros niños patinando quedé fascinada”, contó. Lo de María con el patinaje fue amor a primera vista.
A los 12 años tuvo su primera competencia y desde ahí no paró. Desde ese año ha ganado siete títulos nacionales de forma consecutiva. En 2016 se estrenó como seleccionada nacional en el Mundial que se realizó en Nanjing, China, en donde terminó decimoquinta. En 2017, en la misma ciudad asiática, se ubicó entre las cinco mejores del planeta en 500 metros sprint. En 2018 participó en el Mundial de patinaje de carreras que se realizó en Holanda, donde quedó sexta en la prueba de 100 metros carriles.
Su carrera ha ido en ascenso. En 2019 obtuvo dos medallas de bronce en los World Roller Games 2019, en Barcelona (España). Loreto admira a sus padres, quienes han sido un pilar en su carrera deportiva. Gracias ellos el patinaje se convirtió en su estilo de vida. Su entrenador, Marcelo Placencia, también ha sido clave para su desempeño sobre la pista. María José Moya, velocista del patinaje chileno, es su mayor modelo a seguir. Una de las anécdotas más chistosas de su corta carrera ocurrió en el Mundial de China.
Una supuesta salida en falso hizo que se detuviera. Ella había escuchado un disparo, pero los jueces querían descalificarla. Gracias a la intervención de otros entrenadores, la competencia se repitió y María cruzó la meta en quinto puesto. Hoy ese es solo un bonito recuerdo. El patinaje de velocidad es su vida, espera ahora cumplir con otro sueño: ser médico fisioterapeuta.
FUENTE: Diario EL TELÉGRAFO ECUADOR
dirección: https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/otros-deportes/1/maria-loreto-patinaje
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