Es el hombre récord del fútbol ecuatoriano. Pasó de ser un comerciante del Puerto Marítimo de Guayaquil a estar en cuatro gestas ecuménicas: tres y una con la sub 17 y sub 20, respectivamente.
En su juventud, hacer negocios en la zona del puerto marítimo de Guayaquil era su pasión. ¡Comprar y vender! Era lo suyo de lo que venía en barcos desde Panamá, Estados Unidos y Europa; eso era como hacer un gol.
Los precios de marcas de perfumes, camisetas, zapatos deportivos, grabadoras se los sabía de memoria. Era un crack porque dominaba ese tema como si fuera una pelota: se las sabía todas, pero el fútbol también era lo suyo.
Javier Rodríguez Mayorga, de 56 años, fue un jugador que no llegó a las grandes ligas, pero su nombre ha pasado a ser récord. Es el único entrenador ecuatoriano que nos ha llevado a cuatro mundiales.
Si... Cuatro citas de la que todo entrenador sueña: México sub 17, 2001. Chile sub 17, 2015, Corea del Sur sub 20, 2017 y Brasil sub 17, 2019 y sin tener un contrato firmado en la FEF. Es una cosa de locos.
LO LLEVÓ A SER ENTRENADOR
Todo comenzó cuando su compadre, su pana Rémulo Sotomayor, le preguntó si le gustaría ir a entrenar al Barcelona en divisiones menores. Ese fue el comienzo de todo.
El tema sueldo era lo que no lo convencía al inicio: ganaba más en el comercio, pero poco a poco el fútbol lo fue enamorando y pasó por los equipos del Astillero.
Javier es callado y sacarle palabras es una misión durísima.
Bien pudo ser un arquitecto. Fue a la Universidad en busca del título, pero las canchas le robaron el tiempo, al final terminó estudiando educación física y siendo entrenador.
LOS MUNDIALES
En la selección nacional comenzó como ayudante de Homero Mistral Valencia en el 2005, hasta que un día le dijeron que se haga cargo de una selección sub 15.
El resto es historia. En el 2011 llegó hasta Querétaro y Guadalajara, México, donde hizo base un mes. Era su primer Mundial sub 17. Fue solo el comienzo de una carrera que le duró 8 años de éxitos.
“Me gusta dar clases y eso me sirvió mucho para llegarle a los adolescentes. No solo hay que saber algo de fútbol, hay que tener el tino para poder hablarles a ellos. Están en la etapa que cualquier detalle les puede bajar el ánimo y eso perjudica en el entrenamiento. Hay que saber como llegarle a ellos”, explica Rodríguez.
Entre sus confesiones están que le ha tocado lidiar con problemas de los jugadores: que van desde la falta de dinero en sus casas, los que han llorado porque la enamorada los dejó mientras estaban concentrados hasta los ‘pícaros’ que andaban ‘asustados’ porque le habían dicho que iban a ser padres.
Pero la seriedad un día la perdió y los jugadores pensaban que algo le pasaba: cuando llevó a unos comediantes para que le hablen a los jugadores de la sub 17.
“Son cosas que también pueden pasar, la vida es de trabajar y también de sonreír”, insiste Rodríguez.
CAMINAR Y POR CARRO
Javier dice que su cábala es trabajar. La mayoría de sus entrenamientos han sido sin prensa. No es de dar entrevistas, trata de pasar desapercibido, pero es imposible.
Cuando está en el torneo en busca de clasificación ha prometido muchas cosas, en Quito y Querétaro (México) se ha ido caminando por horas desde el estadio donde ha logrado un éxito hasta donde han estado concentrados.
En la última clasificación de Ecuador al Mundial sub 17 de Brasil 2019, se le pasó la mano. Se vino por tierra desde Lima, Perú.
“Fue una decisión de última hora. En mi mente había prometido que si clasificábamos me venía en carro, pero no le dije a nadie hasta el otro día. Cuando los chicos ya iban al aeropuerto se los dije y todos quedaron sorprendidos. A la hora que fui a la terminal terrestre en Lima no había un bus directo a Huaquillas, me tocó venir parando creo que en todas las ciudades, al final terminé siendo amigos de todos los que venía”, cuenta Rodríguez, que en la frontera con Ecuador EXTRA se unió a su llegada con la clasificación en el bolsillo.
SU PARCERÍA
Javier dice que ser un hombre récord lo hace feliz, pero lo que más lo pone contento es ver actuar a varios de sus dirigidos en Europa y principales equipo de América. “Me llena de alegría cuando los chicos que pasaron por las selecciones son hombres de bien y les va bien en el fútbol. Eso me pone feliz”, expresa un hombre que tiene un historial difícil de igualar.
Ahora lo que sueña es que la cuarentena pasa lo más rápido, extraña una cancha de fútbol y visitar a sus amigos, entre ellos los que todavía siguen trabajando en el comercio informal.
Javier Rodríguez un personaje con etiqueta ‘made in Ecuador’.
FUENTE: Diario Extra- Ecuador
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