Los equipos de fútbol en alerta por el estado físico de sus plantillas

Luis Ayala, de Liga de Quito, en un entrenamiento en su domicilio como parte de su preparación para el reinicio del campeonato. Cortesía.

Al inicio de la cuarentena, solo seis de los 30 jugadores de la plantilla profesional de Liga tenían un implemento para realizar ejercicios aeróbicos en casa. Luis Antonio Valencia, por ejemplo, cuenta en su domicilio, ubicado en las periferias de Quito, con un gimnasio completo con tres bicicletas estáticas y una caminadoras de última generación. Lucas Villarruel, el volante argentino que llegó esta temporada al club, tuvo la suerte de alquilar un departamento amoblado en Cumbayá que ya contaba con una bicicleta estática. 

Conforme avanzaba la pandemia, los jugadores fueron alquilando o comprando implementos, sobre todo para mejorar su condición atlética y no solo realizar ejercicios de fuerza. “Ahora, ya hay al menos 10 jugadores con los que podemos trabajar la cuestión aeróbica”, sostiene aliviado el preparador físico albo, el chileno Marcelo Cabezas.


El fútbol ecuatoriano se paralizó el 14 de marzo y los entrenamientos en los complejos deportivos recién volverán el 8 de junio para el reinicio de las competencias, previstas para el 19 de julio. Durante el confinamiento, los clubes trabajaron con limitaciones con sus plantillas: fueron entrenamientos dirigidos para que los futbolistas los ejecuten en sus casas. “Pero el piso en el que desarrollaban los ejercicios no siempre fue el ideal. 

Se trabajó en pisos de madera, baldosas, cemento, césped artificial, césped natural. Básicamente, solo se realizaron labores de fuerza, de mantenimiento físico. Ahora, tenemos ese mes para poner a punto al equipo antes de la competencia”, apunta el DT de Universidad Católica, Santiago Escobar. }

El capitán del equipo ‘camaratta’, Facundo Martínez, tiene 34 años. En su carrera tuvo que soportar y superar lesiones graves como la rotura de peroné en la pierna izquierda, en el 2016. Durante la cuarentena, realizó los entrenamientos en la terraza de su casa en Cumbayá. Los ejercicios con saltos y rebotar en una superficie dura le generaban preocupación y por ello decidió comprarse una bicicleta, en plena pandemia para potenciar la resistencia aeróbica.
“Cuando volvamos a trabajar deberemos ir dosificando la fuerza y la intensidad progresivamente. 

Generalmente, el hacer ejercicios de mucho impacto abre una posibilidad de que se produzcan tendinitis o desgaste en las rodillas o los tobillos”.
Jugadores como Luis Segovia de Independiente y Johan Padilla de El Nacional coinciden que no es lo mismo practicar en casa que hacerlo en un complejo. 

“Por ello son importantes las semanas de trabajo antes de jugar. Nunca antes estuvimos tanto tiempo sin el balón, ni siquiera en vacaciones”, afirma el golero de los criollos.
Sin embargo, el regreso a la actividad tiene varias limitaciones sanitarias contempladas en el protocolo médico aprobado por el COE nacional para retomar la actividad. Durante las primeras semanas, los entrenamientos serán únicamente actividades individuales con balón. “Hay que ir dosificando las cargas de trabajo y evitar que los jugadores se lesionen. 

Esas cuatro semanas serán fundamentales para llegar bien al torneo”, apunta el técnico de Barcelona, Fabián Bustos.
Según ‘Sachi’ Escobar, en promedio hay 700 giros en un partido de fútbol. Los duelos mano a mano son constantes, hay carreras cortas, ‘esprints’, cambios de dirección. Todas estas capacidades no han sido entrenadas durante la cuarentena. Por ello, el trabajo por hacer es arduo.



FUENTE: Diario EL COMERCIO - ECUADOR 

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