La Superliga femenina dio paso al fútbol profesional en el país. La primera que se jugo en el 2019. Archivo
Quito -
Barreras y tropiezos, pero también alegrías y satisfacciones forman parte de la historia del fútbol femenino en el Ecuador, un recorrido por la evolución de esta actividad que fue compartido el sábado por la agrupación Unidas por el Fútbol, en el Día Internacional del Fútbol Femenino.
Varias protagonistas de esta historia contaron sus experiencias y algunas hazañas conseguidas desde la década de los años 80 con el inicio del fútbol 7, época en la que surgió Mercedes Mena, luego la primera capitán de la selección femenina absoluta.
“Fue muy duro empezar, hubo mucha resistencia por el machismo, pero el incentivo de las federaciones provinciales llevó a tener los primeros torneos. Había algo de interés, pero todo era muy restringido; sin embargo, nunca nos rendimos y dejamos abierta esa puerta para que sigan hoy con este deporte”, señaló.
Mena lideró la primera tricolor femenina en 1994, cuarta del Sudamericano de Uberlandia en Brasil, con cuya participación “llegó un poco más de apoyo al fútbol femenino. Ya se jugaron torneos de clubes”, dijo.
El fútbol femenino se masificó. “En Guayaquil, los torneos interbarriales de Diario EL UNIVERSO fueron fundamentales para vencer ese tabú de mujeres jugando al fútbol, pero seguíamos en la lucha porque la ilusión era jugar y aunque recibíamos palabras fuertes de la gente, el apoyo familiar fue constante”, dijo Wendy Villón, actual directora técnica de El Nacional, en la Superliga Femenina.
Villón “heredó” el dorsal 10 de Mena en el combinado nacional que ocupó el cuarto lugar en el Sudamericano de Argentina en 1998. “El primer partido fue con Uruguay y al cantar el Himno Nacional me puse a llorar, tenía la camiseta 10 de Mercedes, la que llevaba Álex Aguinaga en la selección absoluta, sentí la responsabilidad de representar a mí país”, comentó.
Para Villón y un grupo importante de jugadoras llegaron más torneos internacionales y algunos hitos para la época, como llenar el estadio Reina del Cisne, en Loja, en un juego ante Venezuela (2-0) por el grupo B del Sudamericano 2003. “No entraba nadie más, pensamos que eso cambiaría las cosas pero no fue así”, lamentó la estratega.
Trabas, como entrenar en canchas de arcilla no mermó el rendimiento de la selección de futsal que ganó medalla de plata en Sao Paulo en el 2005. “Tuvimos muchos tropiezos, pero demostramos potencial. Fuimos segundas, lamentablemente no había cupo al mundial, habría sido la primera clasificación del fútbol femenino”, contó María Isabel 'Mayta' Vásconez, jugadora que sigue en actividad, en Argentina.
En el 2014, la DT Vanessa Arauz clasificó a la tricolor a su primer mundial absoluto.
‘Sueño mundialista’
En julio del 2013 inician los campeonatos nacionales, 16 clubes actuaron en el primer torneo. Fueron 405 jugadoras, con Rocafuerte campeón y el primer representante nacional a Copa Libertadores.
Ese año, una joven estratega asume la dirección técnica de la selección absoluta: Vanessa Arauz.
“Fue un reto muy grande armar la selección, algunas jugadoras ya no querían ser parte por la falta de apoyo, les llegó el momento de decidir su futuro, si jugar fútbol o buscar una profesión. Fue un trabajo fuerte poder conseguir su retorno, así trabajamos”, dijo.
Arauz comandó a la Tri en la Copa América 2014, torneo que se jugó en el país, Ecuador fue tercero y consiguió ir a la repesca por el boleto mundialista ante Trinidad y Tobago.
“Moldeamos la selección, trabajamos casi un mes para cada partido de repechaje y eso fue muy importante. Tuvimos récord de asistencia en el estadio Atahualpa y definimos de visitantes. El paso a paso de la historia del fútbol femenino fue llegar a este momento cumbre, fue el reflejo de la lucha de todos, no se podía creer lo que habíamos logrado, pero lo disfrutamos”, señaló la estratega.
En el mundial Canadá 2015, tres derrotas ante Camerún, Suiza y Japón, con un gol a favor y 17 en contra fueron reflejo de la precaria situación del fútbol femenino en el Ecuador.
“Nos llenaron de críticas negativas porque no se entendió que nuestro equipo era formado por jugadoras amateurs mientras nuestros rivales tenían ligas profesionales, por eso al regresar presentamos un proyecto para cambiar el fútbol femenino en el país”, dijo Arauz, que considera esa la base para lo que hoy es la Superliga Femenina, torneo que en el 2019 dio un carácter de profesional al fútbol nacional.
“Teníamos varias jugadoras que estaban casi al borde de dejar el fútbol, pero también jugadoras que venían ya de proceso, jugadoras jóvenes que ahora son el futuro del fútbol nacional”, apuntó Arauz, de cuya selección varias jugadoras pasaron a ligas del exterior.
La Superliga reemplazó al campeonato nacional, que disputó cinco ediciones hasta 2018. El nuevo torneo en su primera edición se disputó con 22 clubes, "fue un gran cambio, aunque aún no todas pueden considerarse profesionales, es un paso importante para nuestro fútbol", dijo Fernanda Vásconez, jugadora subcampeona con Ñañas.
FUENTE: El Universo - Ecuador
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