Con 11 años en la lucha grecorromana, el seleccionado nacional también incursiona, desde hace cuatro, en los combates de las artes marciales mixtas (MMA). Trabaja como guardia en un hotel de Manta.
Las 12 peleas que contabiliza durante los años de escuela despertaron en el manabita Cristian Rivas el deseo de perseguir sueños en la vida, la lucha grecorromana y desde 2016 en las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés).
El seleccionado nacional de lucha reconoce que se metía en problemas a temprana edad por desacuerdos cuando jugaba fútbol en el recreo o debido a que era “algo cargoso (molestoso)”, dijo en una entrevista con EL TELÉGRAFO.
Además de repartir golpes en la primaria, Rivas también lo hacía en las calles de su natal Manta. “Mis amigos me llamaban para que los ayudara a pelear”, recordó el mantense, quien fue separado de dos escuelas por trifulcas. Los resultados en esa serie de combates con otros niños fueron en su mayoría derrotas, pero le sirvieron de base para ir aprendiendo a defenderse y atacar.
Con el paso del tiempo fue madurando y con el impulso de su tío Javier Castro, a los 15 años experimentó satisfacciones en la lucha grecorromana.Entonces decidió no dejarla nunca y convertirla en su profesión y sustento diario.
Las participaciones en los campeonatos locales de su ciudad natal le abrieron las puertas de la selección provincial y luego de la nacional. Una vez que fue convocado para el equipo provincial, le tocaba cubrir todos los días los 38 kilómetros que separan a Manta de Portoviejo, porque en esta última está la sede de la Federación Deportiva de Manabí (FDM) y ahí entrenan los mejores de la provincia costera.
Los buenos resultados acompañaron al “Demoledor”, como lo conocen sus compañeros, y la FDM le entregó una beca en el colegio Tecnológico Manabita y se mudó a Portoviejo, donde vivió por cerca de nueve años.
Con el combinado “tricolor” ha representado al país en varios torneos internacionales, donde logró dos títulos panamericanos: el primero en 2010 durante un certamen cumplido en México, y el otro en 2013, en Brasil.Ambos por la categoría de 63 kilogramos. También conquistó un tercer lugar en este torneo continental y recientemente obtuvo la medalla de bronce en el campeonato clasificatorio para los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que es el objetivo más grande que persigue.
Como la mayoría de niños, empezó su vida deportiva con el fútbol, pero casi de inmediato se dio cuenta de que “no era bueno para jugar”, rememoró entre risas. Y aclaró que lo de él son la lucha grecorromana y las artes marciales, “porque cada uno tiene su don”. Esas cualidades lo ayudaron también a organizar sus tiempos entre entrenamientos de lucha, MMA y el trabajo en seguridad que cumple en uno de los principales hoteles de Manta, donde actualmente reside.
“En las mañanas hago mis entrenamientos de lucha olímpica, mientras que por las tardes practico jiu-jitsu y otras artes marciales.
Y de acuerdo al horario de trabajo, acudo al hotel para laborar”, comentó el padre de Cristian el “Demoledor Junior”, como le gusta llamar a su hijo, de un año y dos meses de edad. La pandemia del covid-19 (coronavirus), que lo tuvo cerca de quedarse varado en Ottawa (Canadá) a mediados de marzo, cuando cumplía con la selección nacional un campamento de entrenamiento, le otorgó la posibilidad de prepararse para su noveno combate de MMA.
El duelo tendrá lugar el próximo 1 de agosto, en Quito, cuando enfrentará al esmeraldeño Érick el “Loco” Macías.
Los inicios en la jaula, donde se cumplen los combates de esta modalidad, fueron en 2016 y registra ocho peleas, con seis victorias, un empate y una derrota. El debut, contra el estadounidense Aron Rammad, se dio por una casualidad.
“Uno de mis entrenadores de esta modalidad, Gustavo Santos, iba a pelear, pero cinco días antes se lesionó la rodilla y me dijo que tomara su lugar. En principio no quería porque Aron era un grandote de 1,80 m y yo solo llego a los 1,65 m. Finalmente me convenció y entré a la jaula”.
El resultado fue derrota, pero inició el camino en esta dura disciplina. Rivas continuará con su ajetreada agenda en la que busca llegar a Tokio 2020, consolidar su carrera en las MMA y velar por su familia.
FUENTE: Diario EL TELÉGRAFO - ECUADOR
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