El paratleta perdió su extremidad izquierda a los 11 años, cuando fue atropellado en la vía que une Balzar con Guayaquil.
El paratleta ecuatoriano Jonathan Herrera siempre estuvo vinculado al deporte, pero cuando perdió su pierna izquierda se inmiscuyó aún más. La actividad física le sirvió para superar este duro golpe. Cuando tenía 11 años, un vehículo de carga pesada lo atropelló en la vía que une a Guayaquil con el cantón Balzar, mientras viajaba con su papá, Nelson Herrera, que se dedica a la transportación. Nació en San Gabriel (Carchi) en 1996.
Primero practicó ciclismo, pero el fútbol lo atrajo más y, como la mayoría de niños, soñaba con ser jugador profesional. La vida le tendría preparado otro camino triunfal. Tras el incidente en la carretera empezó a practicar el baloncesto en silla de ruedas. “No era fácil porque tenía que doblar la pierna derecha y al minuto ya le tenía amortiguada”, mencionó a diario EL TELÉGRAFO el también estudiante de entrenamiento deportivo en el Instituto Superior Libertad.
Entonces encontró en las carreras de fondo en silla olímpica el deporte que le abriría las puertas de triunfos. “Empecé en 2015 como un hobby, pero me convencieron diciéndome que esta disciplina me serviría de mucho para superarme, ganar dinero y conocer muchos países”. Y no se equivocaron porque a los dos años de bracear sobre su herramienta deportiva conquistó el primer lugar de la carrera quiteña Últimas Noticias, título que repitió en 2018 y 2019.
Además, compitió a nivel internacional: en febrero pasado estuvo en la media maratón de Guadalajara (México), donde se ubicó en el séptimo lugar. El viaje lo costeó el Instituto Libertad. Producto de este resultado obtuvo la invitación a participar en un nuevo evento de 21 kilómetros también en suelo azteca, que tiene como fecha tentativa noviembre próximo.
También ha sido campeón nacional de la disciplina en los 5.000 metros planos en 2017, año en el que logró el cuarto lugar en el Sudamericano, cumplido en Cali (Colombia). El año pasado alcanzó el séptimo lugar en un clasificatorio al Parapanamericano Lima 2019, por lo que no pudo acceder a la cita continental.
En esta distancia intentará clasificar a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, que es el máximo objetivo que tiene el paratleta ecuatoriano. “Adquirí una mejor silla de competencia gracias a mis padres (Amanda del Rocío Bejarano y Nelson Herrera), y me estoy preparando para lograr el cupo a las olimpiadas”. Para lograrlo deberá registrar una marca de menos de 11 minutos a nivel del mar en los 5.000 m.
Con ese objetivo metido en la cabeza se preparó en casa durante este tiempo de pandemia en casa, trabajando en un rodillo que tenía guardado y que ahora le ha servido de mucho para mantenerse en forma. De conseguir el boleto a la cita japonesa, no se detendrá en eso y buscará una medalla olímpica.
Los estudios los realiza de forma virtual. “Me estoy especializando en baloncesto, por eso estoy jugando con la prótesis. Es difícil, pero los profesores se han adaptado a mi discapacidad y estoy agradecido con ellos”, comentó el carchense, que ha vivido siempre en Quito. Tokio 2020 está en la mira de Herrera, al igual que graduarse de entrenador.
FUENTE: Diario EL TELÉGRAFO - ECUADOR
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