Logan Bravo, hijo del senséi Arturo Bravo y de Gloria Gómez, a sus 10 años llegó a lo que muchos pequeños anhelan: ser cinturón negro júnior en un deporte de las artes marciales y que es popular como el karate.
Según refiere el progenitor, el pequeño, que nació el 13 de abril del 2010, se inició en el karate formativo a los 4 años y a los 7 llegó a la selección de Guayas, que era dirigida por el profesor Manuel Intriago (+). Participó en el Campeonato Nacional realizado en Portoviejo y se ubicó quinto.
Luego paró dos años sus entrenamientos que los realizaba con el senséi Walter Bravo. En ese lapso, según explica su padre, Logan quiso aprender a nadar porque la familia de su progenitor tiene una hacienda en Pedernales (Manabí) por donde pasa un río y cuando iba de vacaciones no podía unirse a sus primos para jugar allí, así que le nació esa necesidad de aprender a nadar y, según él, porque “nadar salva la vida”.
Con motivo de la emergencia sanitaria por el COVID-19 hubo el encierro forzado desde marzo y decide volver a entrenar. Se convierte en ayudante en las clases virtuales de su padre.
“Al parecer eso hizo cogerle amor al karate y se convirtió en mi ayudante con los más pequeños y entrenaba por la mañana y en la tarde. Subió su nivel técnico, lo que le permitió ganar 2 medallas en katas de dos torneos virtuales”, refiere el orgulloso padre.
Logan el 13 de noviembre ganó el torneo provincial virtual, que organizó la academia Camaton; y representó a su colegio, el Educamundo, en el Interescolar de Karate, ganando la plata; y el 17 de diciembre dio el examen que le permitió ascender a cinturón negro júnior. Ahora entrena karate y básquet, ambas por la tarde. (D)
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