La pandemia del covid-19 zarandeó a Luis Fernando Saritama. Debido a la cuarentena, a la imposibilidad de realizar entrenamientos presenciales y a la falta de competencias en juveniles, tuvo que cerrar su centro formativo LFS (Life Football Sports), en donde diariamente 200 chicos de cinco categorías (incluida la rama femenina) aprendían los conceptos básicos del fútbol.
El proyecto funcionaba en las canchas del complejo de Carcelén de Deportivo Quito. Sin embargo, aquel no fue el único plan que se trastocó. Saritama quería retirarse a finales del 2020 en el club azulgrana, con un partido de homenaje en el estadio Atahualpa.
Se ilusionaba con tener la localidad de la preferencia llena de hinchas coreando su nombre, como en el 2008 y el 2009, cuando levantó las coronas como capitán de la ‘AKD’. Pero ‘Sari’ aprendió a reinventarse.
Tiene facilidad para encontrar oportunidades comerciales (es ingeniero en Negocios) y ahora explota otro nicho de mercado: el ‘Símbolo’ tiene una agencia de patrocinios deportivos y representación comercial de jugadores.
Su idea es localizar talentos que se formen deportiva y académicamente y lograr alianzas con empresas. Los goleros Hamilton Piedra, del Manta, y Édison Recalde, del 9 de Octubre, están en su cartera de representados. También Mateo Zambrano, de El Nacional.
Pese a su vena negociadora, Saritama aún se siente futbolista. El año pasado jugó con Deportivo Quito el provincial de Segunda Categoría y esta temporada volverá a hacerlo por pedido del técnico,, Luis Espinel, y de la presidenta, Samantha Yépez.
En las redes sociales del club azulgrana se promocionó este encuentro como el ‘último baile’, evocando la célebre última temporada de Michael Jordan con los Chicago Bulls (1997-1998). ‘Air Jordan’ consiguió la última corona con los Bulls y con el técnico Phil Jackson en la NBA.
¿Qué espera Saritama en su última vez como jugador del Quito?
“Lógicamente, me planteo siempre los objetivos altos: ascender a la Serie B. Pero conocemos el camino y los problemas. Deportivamente podemos lograrlo, pero hay el riesgo de que aparezcan los acreedores, de que haya sanciones y resta de puntos”. El torneo comenzará en mayo.
El Quito deberá afrontar la competencia y precisa que ninguno de los 20 expedientes en su contra que están en la FIFA (de exfutbolistas, técnicos y trabajadores) se activen y se conviertan en sanciones. ‘Sari’ es un hombre hogareño. Lleva ocho años casado con Belén Almeida y tienen un niño, Emilio, de 4 años.
Al pequeño le gusta el fútbol y cada día, cuando se despierta, le pide a su padre que le lleve a patear el balón en la cancha del condominio en el que residen. Emilio y Luis Fernando no solo juegan, sino que miran videos de fútbol en las noches, hasta que el niño duerma.
“Yo tengo unos archivos de mis años en el Deportivo Quito y se los muestro. Él me dice: ‘Papi’ ¿por qué tenías el cabello tan largo?”.
El lojano, que estuvo en la nómina de Ecuador en los mundiales del 2006 y 2014, espera que la pandemia conceda treguas para involucrar a Emilio en su última temporada como jugador: quiere llevarlo a los entrenamientos y a los partidos.
Hasta que los contagios mengüen, ‘Sari’ acude solo a las prácticas en Carcelén cumpliendo las mismas rutinas de todos sus años de deportista. Llega a las 09:00 y antes de entrenarse pasa por el gimnasio para hacer fortalecimiento.
Luego practica, se baña y se cambia hasta que el reloj marque las 13:00 y vuelva a su domicilio. Saritama ama a Deportivo Quito. Define ese amor como el de un hijo. “Soy el hijo pródigo del club (volvió cinco veces desde su debut en el 2002).
Tengo mucho agradecimiento por todo lo que aprendí y viví aquí”, dice con emoción. Tantas campañas en la institución generan anécdotas. En el 2008, él saltó a la cancha del Atahualpa contra Liga con el pequeño Nicolás Zúñiga en brazos. Esta temporada ambos serán compañeros en la cancha, en el último baile de ‘Sari’.
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