Fue un partido de muchos nervios. Ñañas y Dragonas jugaron una final con mucha ansiedad y no lograron convertir en el arco contrario, a pesar de las oportunidades.
El primer tiempo fue más parejo y ambos equipos crearon oportunidades de gol en el estadio de Rumiñahui.
Pero el segundo tiempo le favoreció a Ñañas. El equipo capitalino, que juega su cuarta final consecutiva, tuvo muchas más opciones de ponerse en ventaja y ganar el primer partido.
Sin embargo, Ámbar Torres, María Bravo, Karen Páez y el resto de las Ñañas no pudieron convertir en el arco de la golera Andrea Morán.
El partido terminó empatado a cero goles y fue evidente la molestia en el equipo que dirige el entrenador Francisco Ramírez.
La final de revancha se jugará el próximo domingo 25 de septiembre, en el estadio Banco Guayaquil. Ese día se conocerá al nuevo campeón de la Superliga femenina.
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